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Totum revolutum y las vacunas

Foto del escritor: LegómenaLegómena

Actualizado: 14 abr 2021

Me vacune hace dos semanas y, tal como compartí en mis redes sociales, fue una experiencia totalmente diferente a la que recientemente vivieron muchos otros guatemaltecos en los últimos días. Atendiendo la convocatoria hice mi registro en la página del ministerio, pues como personal de salud soy parte de la fase 1. A los pocos días recibí un correo con indicaciones de horario, lugar y el aviso de que, tuviera presente que ese era el único día y centro en el que me podría vacunar. Confirmé el mensaje y me presenté en donde se me convocó. Tuve varios días para prepararme, de hecho, lo hice.

Traté de estar más consciente de mi alimentación, de evitar el alcohol, darme más descanso, hacer ejercicio cuidando el hombro. Medité, recé, sahumé mi altar, pedí intercesión a mis ancestros, incluso hice varias aspersiones en agua de luna. Me alimento básicamente de producto vegetal y uso medicina natural para curarme de lo que pueda, pero de igual forma voy al cardiólogo, al dentista, ginecólogo, oculista, y todos los de la lista de acuerdo con mi edad y antecedentes familiares: los controles que debo hacer para mantenerme sana.


Cuando le comenté a algunos amigos que me iba a vacunar recibí todo tipo de comentarios, pero lo que me llamó la atención es que varios estaban sorprendidos de fuera a hacerlo. Uno bastante honesto me dijo que pensaba que, por ser una persona holística, yo sería de las que desaconsejaban la vacuna y que incluso no me la pondría. A mí me “sorprendió la sorpresa”, valga la redundancia, sobre todo porque siendo especialista en inmunología, nunca he estado en contra de la vacunación, mucho menos en medio de una pandemia. Pero bueno, a la inmunología todos “le huyen un poco” pues es compleja, así que comprendo por dónde puede venir la duda. Y por supuesto, mi amigo no tiene ni idea de qué es lo que hago.

Si bien soy alguien que incorpora varios sistemas de medicina en su salud, que los ha estudiado y los recomienda, no significa que rechace aquel en el cual estoy más inmersa. De hecho, tomo lo mejor de los que conozco y los utilizo. No creo que nadie sea poseedor de la verdad absoluta.


En años anteriores cuando he tenido que dar charlas o dar clases sobre inmunización, siempre hago críticas a las políticas de vacunación, pues soy promotora de la medicina personalizada e individual y considero que muchos programas adolecen de esa visión. Pero eso no me hace en ningún momento antivacunas. He tenido debates muy interesantes en mis cátedras, en las que hago tambalear creencias de muchos, con el único objetivo de fortalecerlas, porque debemos cuestionarlo todo. Yo lo hago, y eso me ha permitido tener criterios mejor fundamentados.


El día en que ya me tocó vacunarme, iba extasiada. Le comenté a mi hermano: “No sabes lo feliz que me siento”, y me dice: “Me imagino. Para alguien como vos qué has pasado tan metida en esto, esto es como que te fueran a bañar en oro”. Y tenía razón. Me sentía muy privilegiada, me siento muy privilegiada, y a la vez con un poco de culpa. Este sentimiento lo presentan muchos, pues sabiendo el beneficio que trae la vacunación, viene la pregunta: ¿por qué yo y no los demás?

Los planes de vacunación los ha hecho cada gobierno como le ha parecido mejor. Todos los países han establecido sus grupos vulnerables y han empezado por ellos. Estos comprenden al personal de salud y de primera línea y, a los adultos mayores o que padecen alguna enfermedad subyacente. Luego van descendiendo a otros grupos y poco a poco a la población en general. Guatemala no fue la excepción, al menos en eso, pero sí lo está siendo en otros aspectos. Se inició con la fase 1 en medio de una gran polémica; personas de algunas alcaldías se estaban vacunando antes que médicos y estudiantes de primeros años de medicina, antes que ancianos. No voy a justificar el desorden del gobierno, pero algunas de nuestras costumbres de país corrupto y mal educado, surgieron inmediatamente y eso no nos ayuda como pueblo a exigir a nuestros gobernantes. Lamentablemente son prácticas que se sostienen porque hay demanda. Esas entradas a conciertos en reventa, los antecedentes penales tramitados por adelantado, y ahora el número para la vacuna. Esto lo que está indicando es que la población está consciente de el valor de la vacunación y la exige, lo cual me parece fantástico. URGE que el gobierno sea más efectivo en su gestión para lograr el acceso rápido y universal a las vacunas.


¿Quién decide qué vida vale más?, Para empezar ¿alguna vida vale más? Sabemos que no. Por lo menos para quienes tenemos un poco de conciencia y respeto a la dignidad humana. Pero no siempre es así. Hemos visto como tantas personas en los recientes días han abarrotado los centros de vacunación, pidiendo su vacuna. Es de llorar. Da muchísima tristeza ver esas imágenes de los ancianos en su silla de ruedas, bajo el sol, o la lluvia, por esas largas horas. No es justo. Y a todos nos duele. Especialmente ahora que hemos visto que un asilo tiene personas infectadas. Ellos son de fase 1, ¿Por qué no están vacunados aún? ¿pretenden que vayan a los centros, cuando algunos no se pueden ni parar? Esas son las desigualdades que debemos exigir que se solventen. La organización y logística es la que urge en este plan de vacunación, pero urge para ayer, no para cuando venga Sputnik V.


No voy a defender al ministerio de salud, ni al gobierno mucho menos, pues estoy precisamente lanzando preguntas y señalando situaciones que se deben mejorar. Pero al César lo que es del César y a mí realmente me tocó un proceso de vacunación muy bueno. Tanto, que me extrañé. Agradecí profundamente a todas las personas que estaban en cada uno de los puestos, pues se veían cansadísimos, y a pesar de eso siempre fueron muy amables. Todos estábamos tranquilos, y no éramos pocas personas. Eso sí, todos, personal de salud. Tampoco vi ninguna reacción adversa, tanto, que la carpa en la que estaba la camilla los paramédicos, estaban viendo sus teléfonos, aburridos como ostras; seguramente no tuvieron ningún problema durante toda la mañana. Salí muy contenta, cansada, y así pasé un par de días. Sin fiebre, con un poco de dolor de cabeza, y de articulaciones, pero nada fuera de lo ordinario, o esperado.


Ahora, hablemos trombosis. La vacuna de AstraZeneca está envuelta en muchísima polémica en estos días. Muchos países de Europa han detenido su distribución, por el aparecimiento de eventos trombóticos en algunos pacientes menores de 50 años. Si bien, los casos reportados han sido muy pocos, no puede negarse que si existen. Aunque no se haya demostrado una vinculación directa con la vacuna, tampoco se ha descartado del todo. Los entes reguladores de salud, la OMS incluida, ha concluido que el riesgo de no vacunarse es mayor que la probable trombosis que pudiera aparecer. Por eso es mejor vacunarse que no hacerlo, pues nuestro riesgo de padecer covid grave sigue siendo mayor que el presentar un evento trombótico por la vacuna. Debemos estar atentos dentro de los primeros 20 días sobre todo a partir del cuarto, pues allí es donde la mayoría de los pocos casos reportados ha manifestado algún síntoma. Esto también puede leerse en el inserto de la vacuna, el cual estudié ampliamente previo a ponérmela. Considero que esta práctica es importante para cualquier cosa que tomemos, sea una aspirina o sea la vacuna anti COVID19. Esos insertos son el “manual de usuario” de los medicamentos y es vital que siempre seamos conscientes de lo que estamos usando para nuestro tratamiento. En el caso de las vacunas es muy fácil encontrarlos con una simple “googleada”. Los síntomas que a los cuales hay que poner extra-atención son: dolor de cabeza atípico, es decir que no reconozcamos como los que normalmente nos dan, y que no desaparezca con un analgésico, dolor o inflamación en el abdomen, dificultad para respirar, aparecimiento de petequias o moretes, sobre lejanos al sitio de la vacunación, y hormigueo o dolor en las extremidades. Nada perdemos con estar atentos, y ante alguno de estos síntomas buscar asistencia médica. Los eventos trombóticos son frecuentes en adultos jóvenes, por otras causas, sobre todo en mujeres, pero en caso de presentarse alguno por la vacuna, hay que acudir al médico pues existe tratamiento. Una de las posibles razones por la cual estos eventos pueden presentarse, es una reacción inmune más fuerte, que incluso puede llevar a la producción de autoanticuerpos antiplaquetas. Sin embargo, como menciono, está siendo estudiado. Por acá, en otro post, dejaré los insertos de las vacunas que están colocando en Guatemala AstraZeneca de mecanismo COVAX, y COVISHIELD que es la manufacturada en India, para que pueda revisarlos quien desee.

Otra de las inquietudes que existe actualmente sobre todo en Guatemala, es la preocupación por la falta de disponibilidad de la segunda dosis de AstraZeneca para las personas que recibieron la primera. El miedo es de que no haya disponibilidad de la misma marca, y si existen riesgos al utilizar una diferente. Es por eso por lo que muchas personas están pidiendo que se guarden algunas dosis de AZ para que quienes fuimos vacunados en la primera fase dispongamos de ellas más adelante. Este argumento tiene sentido, pero debemos recordar el contexto de lo que estamos viviendo.


Lo que debemos traer siempre a la mente cuando estemos analizando algo respecto a las vacunas, es el objetivo final de la vacunación, el cual es disminuir la cantidad de muertes y de infecciones graves por COVID19. No estoy diciendo la infección en general, pues, aunque eso se logra disminuir con la vacunación, sí existen casos de infección leve o asintomática en algunos pacientes completamente vacunados. Pero vuelvo a mencionarlo, el objetivo de estas vacunas y de este plan de vacunación es que ya no se muera tanta gente. Ahora siendo ese ese el fin, no tiene sentido mantener almacenadas vacunas en un refrigerador mientras aumenta la posibilidad de que en tres meses mueran más personas. Es decir, es preferible que las vacunas estén colocadas en individuos, que esperar a que se le cumpla el tiempo a quienes ya fueron vacunados. Hay posturas a nivel mundial diferentes en cuanto a esto, pues el cuestionamiento es: ¿Qué es preferible: tener a pocas personas “completamente” inmunizadas o a muchas personas “medio” inmunizadas? Por medio inmunizadas me refiero a que hayan recibido una sola dosis y completamente a quienes recibieron las dos. En mi opinión es preferible la medio inmunización de una mayor cantidad de gente. Así logramos una protección muchísimo más generalizada y esto en conjunto con las medidas que ya conocemos (uso de mascarilla, distancia física e higiene respiratoria), ayudaría a contener la pandemia de manera más pronta y efectiva.


En conclusión, es mejor tener a muchos medios inmunizados que a pocos con sus dos dosis de vacuna, pero todos siguiendo las medidas sociales de prevención.


Esto no quiere decir que la segunda dosis no sea necesaria; para nada. Repito, las medidas de cuidado que hemos venido implementando no pueden dejarse y eso a la par de la vacunación es lo que contendrá la pandemia.


Debido a la falta de provisión de vacunas a nivel mundial en Guatemala se nos ha anunciado que vamos a recibir de AstraZeneca, Gamaleya (Sputnik V) y Pfizer, aunque no se ha dicho con exactitud ni cómo se irán recibiendo ni cuándo y otros detalles importantes. Entonces el miedo viene por: si yo recibí una vacuna de AstraZeneca ¿Qué pasa si me colocan una Sputnik? Ese mismo cuestionamiento ya se tiene a nivel mundial desde hace meses, ya lo vivieron antes muchos otros países. Por esto podemos vislumbrar algunas respuestas a nuestras inquietudes con un poco de revisión de literatura e información adecuada ya generada a nivel mundial.


El abastecimiento y provisión de vacunas está teniendo muchas dificultades pues las farmacéuticas deben llegar a una producción masiva como nunca y por esto les está costando mucho ser puntuales en las entregas: producir millones de dosis no resultó tan sencillo.


Esos retrasos y la gran necesidad de vacunar, ha llevado a otros a cuestionarse sobre la mezcla de marcas de vacunas y por eso se iniciaron ya algunos estudios clínicos: se están probando Pfizer y AstraZeneca, al igual que Sputnik y AZ. Así que es muy probable que en tres meses tengamos ya datos para comparar. La mezcla de dosis de vacunas puede ser una ventaja más que un problema pues lo esperado es que se potencien los efectos.


Mi recomendación personal es que esperemos a esos estudios clínicos para saber qué decisión tomar. Si bien considero que no va a haber ningún problema en mezclar las marcas, pues esto podría conferirnos una mejor inmunidad, en este momento debido a la seguridad, es más recomendable apegarse a lo que las farmacéuticas han ofrecido: que la inmunidad esperada por sus vacunas se alcanza al colocar las dos dosis de esta. Esperemos a que los estudios clínicos arrojen datos, y a partir de allí tomar decisiones. En tres meses pueden cambiar tantas cosas, -como nos ha venido a enseñar esta pandemia-, así que esperar es lo que toca por ahora.


Ya concluyendo, para quienes estamos en Guatemala, debemos seguir presionando para que vengan más vacunas, pero sobre todo porque exista una buena logística de vacunación, pues de nada sirve que tengamos millones de dosis, pero almacenadas. Hasta el momento los procesos están muy lentos y se colocan muy pocas vacunas al día y esto sí es preocupante. Si no somos capaces, como país, de manejar efectivamente menos de trescientas mil dosis, ¿Qué vamos a hacer con un millón, y más aún, con dieciséis millones? Esto es lo que nos debe preocupar y en donde debemos presionar para una mejor organización, la cual es posible. Como comenté al principio, a mi me vacunaron con perfecta logística y eso es lo que debería ser para todos. TODOS. Necesitamos que nuestra población entera (adultos por ahora), con todas las desigualdades que vivimos, tenga la oportunidad de ser vacunada, gratuita, efectiva y ordenadamente.


Eso pidamos. Eso exijamos. Eso merecemos.

 
 
 

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