Empieza mayo. Ni cuenta me di, no lo sentí y solo me cayó el mes encima de sopetón. Me atraganté un día sin disfrutarlo y tengo esa sensación de hartura, de no recordar haber comido. Pasa así algunas veces. La vida se nos viene en avalancha y no somos capaces de disfrutar el momento uno a uno: saborearlo. ¿a dónde se me fue la calma cuando más la necesitaba? Se me escurre entre la rutina y el deber. Me sorprendí a mí misma, siendo consciente de mis sentimientos de paz mientras lavaba los platos. Sonreí.
Es curiosa la forma en que tu propia esencia te habla, en la que te habla tu yo. Tiene un estilo particular, único de hecho, su propia voz: la tuya. Es hermoso ser yo, así como ha de ser hermoso ser tú. Claro, si fuera yo.
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